Históricamente hemos visto como la mayor parte de los estudios clínicos sobre el trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) hacen referencia a los pacientes con subtipo combinado (según DSM-IV-TR) o de presentación combinada (según nueva clasificación DSM-V).
La mayor parte de grupos analizados en estudios sobre tipificación clínica, comorbilidad, abordaje terapéutico, neurobiología, genética… están descompensados por este subtipo.
Indudablemente, la combinación de la problemática atencional y los problemas derivados por las dificultades en el autocontrol de estos pacientes, dirige a las familias o a las escuelas, a recomendar la evaluación profesional de forma más urgente que los niños que “tan sólo” tienen problemas atencionales.
La literatura sobre TDAH es amplia y a veces inabordable. Recientemente, un trabajo meta-analítico realizado por Erik G. Willcutt, del Departamento de Psicología y Neurociencia de la Universidad de Colorado, nos mostraba como la prevalencia del TDAH se situaba en torno al 6% de la población. A través del análisis de 86 estudios en niños y adolescentes (evaluando 163688 pacientes) y 11 estudios en adultos (con una muestra de 14112 individuos), este autor revela como la prevalencia es similar con independencia del país o la región estudiada. Esto rechaza la hipótesis que defiende al TDAH como un constructo cultural.
De forma preocupante, también nos muestra como el TDAH de predominio o presentación inatenta, es patentemente más frecuente que cualquier otro subtipo de TDAH (combinado o hiperactivo-impulsivo). Fuera de la edad preescolar, donde los subtipos combinado e inatento, se muestran similares en su distribución, el TDAH inatento llega a ser 2-5 veces más frecuente en edades escolares que el TDAH combinado. El Dr. E. G. Willcutt justifica, como parece lógico, que los pacientes que cumplen criterios para el TDAH combinado, son más probable y frecuentemente remitidos a servicios clínicos para su evaluación.
Si la atención, como cualquier función cognitiva compleja, es una habilidad dimensional, es igualmente lógico pensar que un cierto porcentaje de la población, mostrará graves problemas atencionales que pueden dificultar su aprendizaje, adaptación social y entorpecer su calidad de vida. Muchos de estos pacientes, exentos de problemas conductuales, pasan desapercibidos en nuestros sistemas de detección clínica. Tras el conocimiento de los datos señalados, se hace urgente la identificación de estos niños, y la intervención terapéutica temprana.
Igualmente, los estudios neurobiológicos, clínicos… sobre el TDAH reflejan una realidad sobre el TDAH (especialmente del subtipo combinado), pero es necesario el diagnóstico de los pacientes con TDAH de predominio inatento, si queremos conocer realmente la extensión etiológica y sintomática de este trastorno tan heterogéneo.
1. Willcutt EG. The prevalence of DSM-IV Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder: A Meta-Analytic Review. Neurotherapeutics 2012; 9: 490-499.
Hola. El periplo con mi hija de 9 años desde los 3años en que empezó el colegio ha sido infernal. Más para ella que para mí, claro.
Yo veía que algo pasaba desde que tenía 2 años y que siendo tan buena, tan obediente, tan «enajenada del mundo y tan ensimismada en sus cositas sin dar la lata» etc…..
Algo pasaba. Nunca pensé en esto pero luché hasta que en el colegio se dignaron hacerme caso y pedir evaluación psicopedagógica.
Sufrió imdeciblememte dí a a día segundo a segundo el incomprensible castigo continuo y descalificaciones de profesora y compañeros.
Por privado ya me dijeron TDA con intención. Pero eso no sirve para los sevicios asistenciales.
Ahora la Comunidad de Madrid, tras la evaluación por fin, con 8 años, me dice que vaya con su informe a su pediatra para que me derive a neurología infantil o psiquiatría infantil por la Seguridad Social.
¿Dónde y qué especialista debo pedir?
Llegó a coger una profunda depresión por el sufrimiento en el colegio sin entender por qué niñas qué estaba haciendo mal. Toda ella era algo malo y no sabía por qué. Con cinco años ya deseaba morir. Nada tenía sentido ….. no sabía qué había tan malo en ella. Aquí deseo que su necia «maestra» sufra lo mismo.
Al no derivarme el pediatra ante la tristeza y la distracción de la niña tuve que endeudarme en psicólogo privado y de momento salió la niña de la depresión.
Pero está volviendo a caer. En el colegio, (que es de integración) no quieren saber nada de esta etiqueta y la han puesto con los que no tienen capacidad para aprender ya que les han dado un toque desde el equipo de orientación de la Comunidad de Madrid por no hacer una intervención educativa con ella y por estar la niña con ese bloqueo emocional y con esa depresión a causa del lugar donde pasa más horas y donde es muy infeliz: el colegio.
Su inatención involuntaria fue tomada como: vaga, tonta etc…. desde los tres años en el colegio. Nunca entendía por qué era burlada y castigada desde que entraba hasta que salía. La depredación emocional fue salvaje.
Siempre de un especial buen comportamiento y respeto por todo y por todos.
Ya ha suspendido lengua en 3° de Primaria y ya no puede con 4°.
Le han hecho paripé antes de Navidad de tres sesiones de refuerzo de lengua y una de matemáticas pero ella me dice que eso no le sirve.
Le han puesto los últimos examenes como de 2° de Primaria como a los niños de integración y claro tiene su Notable y su Bien. Pero esto es un engaño porque ella tiene capacidad.
Es un engaño a sus capacidades y no sé qué colegio hay preparado para esto en Madrid.
Tengo que llevarla al especialista por la SS para ver si así sigo incordiando en el colegio como estos 6 años.
No podemos más.
«Mamá, soy la tonta de la clase»
Mamá ¿Por qué no me enseñan como yo pueda aprender? Me repiten las cosas mil veces de la misma manera y eso no me sirve»
Es un cielo. «Ni me entero de que está en clase» me decía la necedad del adulto a su cargo con 3 y 4 años. Pero la despreciaba.
TDA con inatención y una vida sin sentido y un infierno.
Atentamente
María José Mora Aguado.
Gracias.